Queridos hermanos y hermanas, hoy profundizamos en el tema de los homicidios accidentales tal como se describe en la Biblia. Este tema se aborda con gran cuidado y sabiduría en las Escrituras, reflejando la comprensión de Dios sobre la imperfección humana y las complejidades de la vida. Los homicidios accidentales, o muertes no intencionales, son esos eventos trágicos donde se pierde una vida sin la intención de hacer daño. La Biblia aborda esto con justicia y misericordia, ofreciendo orientación para aquellos que se encuentran en circunstancias tan difíciles.
En el antiguo Israel, el concepto de homicidios accidentales se tomaba muy en serio. Había leyes específicas para asegurar que se hiciera justicia al mismo tiempo que se brindaba protección a quien causaba el accidente. El establecimiento de ciudades de refugio es un ejemplo primordial. Estas ciudades eran lugares designados donde una persona que había matado a alguien sin intención podía buscar asilo. La idea era proteger al individuo del vengador de la sangre, un miembro de la familia que buscaba vengar al fallecido, hasta que pudiera llevarse a cabo un juicio justo. Esto refleja la justicia de Dios, asegurando que la muerte fue realmente accidental y no resultado de malicia o premeditación.
Querido amigo, este enfoque bíblico nos enseña sobre el equilibrio entre justicia y misericordia. Muestra que, aunque la vida es sagrada y se debe hacer todo esfuerzo por preservarla, también hay comprensión para el error humano. La provisión de un juicio justo y un lugar de refugio subraya la importancia de la compasión y la oportunidad de redención. Es un recordatorio de que Dios ve el corazón y conoce la intención detrás de cada acción.
Además, este tema nos anima a reflexionar sobre el valor de la vida y la responsabilidad que tenemos hacia los demás. Nos llama a ser conscientes de nuestras acciones y sus posibles consecuencias. Aunque los accidentes ocurren, la forma en que respondemos a ellos puede demostrar nuestra fe y confianza en la justicia y misericordia de Dios.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras bíblicas a continuación que hablan sobre los ‘homicidios accidentales’.
Versículos bíblicos sobre homicidios accidentales
«Os señalaréis ciudades, ciudades de refugio tendréis, donde huya el homicida que hiriere a alguno de muerte sin intención»
— Números 35:11
«Este es el caso del homicida que huirá allí, vivirá: aquel que hiriere a su prójimo sin intención sin haber tenido enemistad con él anteriormente»
— Deuteronomio 19:4
«Para que se acoja allí el homicida que matare a alguno por accidente no a sabiendas; os servirán de refugio contra el vengador de la sangre»
— Josué 20:3
«Mas el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir»
— Éxodo 21:13
«Estas seis ciudades serán de refugio para los hijos de Israel, para el extranjero el que more entre ellos, para que huya allá cualquiera que hiriere de muerte a otro sin intención»
— Números 35:15
«Arreglarás los caminos, dividirás en tres partes la tierra que Jehová tu Dios te dará en heredad, será para que todo homicida huya allí»
— Deuteronomio 19:3
«Si el vengador de la sangre le siguiere, no entregarán en su mano al homicida, por cuanto hirió a su prójimo por accidente, no tuvo con él ninguna enemistad antes»
— Josué 20:5
«Mas si casualmente lo empujó sin enemistades, o echó sobre él cualquier instrumento sin asechanzas»
— Números 35:22
«Como el que fuere con su prójimo al monte a cortar leña, al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, saltare el hierro del cabo, diere contra su prójimo este muriere; aquel huirá a una de estas ciudades, vivirá»
— Deuteronomio 19:5
«Estas fueron las ciudades señaladas para todos los hijos de Israel, para el extranjero que morase entre ellos, para que se acogiese a ellas cualquiera que hiriese a alguno por accidente, a fin de que no muriese por mano del vengador de la sangre, hasta que compareciese delante de la congregación»
— Josué 20:9
«La congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre, la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio, en la cual se había refugiado; morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el cual fue ungido con el aceite santo»
— Números 35:25
«No sea que el vengador de la sangre, enfurecido, persiga al homicida, le alcance por ser largo el camino, le hiera de muerte, no debiendo ser condenado a muerte por cuanto no tenía enemistad con su prójimo anteriormente»
— Deuteronomio 19:6
«Pero si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera»
— Éxodo 21:14
«Entonces la congregación juzgará entre el que causó la muerte el vengador de la sangre conforme a estas leyes»
— Números 35:24
«Quedará en aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la congregación, hasta la muerte del que fuere sumo sacerdote en aquel tiempo; entonces el homicida podrá volver a su ciudad a su casa a la ciudad de donde huyó»
— Josué 20:6
«Os serán aquellas ciudades para refugiarse del vengador, no morirá el homicida hasta que entre en juicio delante de la congregación»
— Números 35:12
«Pero si hubiere alguno que aborreciere a su prójimo lo acechare, se levantare contra él lo hiriere de muerte, muriere; si huyere a alguna de estas ciudades»
— Deuteronomio 19:11
«O bien, sin verlo hizo caer sobre él alguna piedra que pudo matarlo, muriere, él no era su enemigo, ni procuraba su mal»
— Números 35:23
«Pues en su ciudad de refugio deberá aquel habitar hasta que muera el sumo sacerdote; después que haya muerto el sumo sacerdote, el homicida volverá a la tierra de su posesión»
— Números 35:28
«Para que no sea derramada sangre inocente en medio de la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad, no seas culpado de derramamiento de sangre»
— Deuteronomio 19:10
«Si con instrumento de hierro lo hiriere muriere, homicida es; el homicida morirá»
— Números 35:16
«Por tanto yo te mando, diciendo: Separarás tres ciudades»
— Deuteronomio 19:7
«Al otro lado del Jordán al oriente de Jericó, señalaron a Beser en el desierto, en la llanura de la tribu de Rubén, Ramot en Galaad de la tribu de Gad, Golán en Basán de la tribu de Manasés»
— Josué 20:8
«El vengador de la sangre, él dará muerte al homicida; cuando lo encontrare, él lo matará»
— Números 35:19
«Entonces los ancianos de su ciudad enviarán lo sacarán de allí, lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que muera»
— Deuteronomio 19:12
«Si con piedra en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere muriere, homicida es; el homicida morirá»
— Números 35:17
«Mas si el homicida saliere fuera de los límites de su ciudad de refugio, en la cual se refugió»
— Números 35:26
«Siempre cuando guardares todos estos mandamientos que yo te prescribo hoy, para ponerlos por obra; que ames a Jehová tu Dios andes en sus caminos todos los días; entonces añadirás tres ciudades más a estas tres»
— Deuteronomio 19:9
«Tres ciudades daréis a este lado del Jordán, tres ciudades daréis en la tierra de Canaán, las cuales serán ciudades de refugio»
— Números 35:14
«No le compadecerás; quitarás de Israel la sangre inocente, te irá bien»
— Deuteronomio 19:13
«Si con instrumento de palo en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere muriere, homicida es; el homicida morirá»
— Números 35:18
«Estas cosas os serán por ordenanza de derecho por vuestras edades, en todas vuestras habitaciones»
— Números 35:29
«Si Jehová tu Dios ensanchare tu territorio, como lo juró a tus padres, te diere toda la tierra que prometió dar a tus padres»
— Deuteronomio 19:8
«El vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la ciudad de su refugio, el vengador de la sangre matare al homicida, no se le culpará por ello»
— Números 35:27
«Te apartarás tres ciudades en medio de la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas»
— Deuteronomio 19:2
«El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá»
— Éxodo 21:12
«En la heredad que poseas en la tierra que Jehová tu Dios te da, no reducirás los límites de la propiedad de tu prójimo, que fijaron los antiguos»
— Deuteronomio 19:14
«Entonces señalaron a Cedes en Galilea, en el monte de Neftalí, Siquem en el monte de Efraín, Quiriat-arba (que es Hebrón) en el monte de Judá»
— Josué 20:7
«De las ciudades, pues, que daréis, tendréis seis ciudades de refugio»
— Números 35:13
«Cuando Jehová tu Dios destruya a las naciones cuya tierra Jehová tu Dios te da a ti, tú las heredes, habites en sus ciudades, en sus casas»
— Deuteronomio 19:1
«O por enemistad lo hirió con su mano, murió, el heridor morirá; es homicida; el vengador de la sangre matará al homicida cuando lo encontrare»
— Números 35:21
«No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Solo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación»
— Deuteronomio 19:15
«Si por odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas, muere»
— Números 35:20
«Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida; mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera»
— Números 35:30
«Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar contra él»
— Deuteronomio 19:16
«No tomaréis precio por la vida del homicida, porque está condenado a muerte; indefectiblemente morirá»
— Números 35:31
«Entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jehová, delante de los sacerdotes de los jueces que hubiere en aquellos días»
— Deuteronomio 19:17
«Ni tampoco tomaréis precio del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta que muera el sumo sacerdote»
— Números 35:32
«Los jueces inquirirán bien; si aquel testigo resultare falso, hubiere acusado falsamente a su hermano»
— Deuteronomio 19:18

«No contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque esta sangre amancillará la tierra, la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó»
— Números 35:33
«Entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano; quitarás el mal de en medio de ti»
— Deuteronomio 19:19
«No contaminéis, pues, la tierra donde habitáis, en medio de la cual yo habito; porque yo Jehová habito en medio de los hijos de Israel»
— Números 35:34