Queridos hermanos y hermanas, exploremos el tema profundo y reconfortante de la sanación divina. A lo largo de la Biblia, vemos innumerables ejemplos del poder sanador de Dios. Desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, la capacidad de Dios para sanar es un testimonio de Su amor y compasión por Su pueblo. Uno de los aspectos más hermosos de la sanación divina es su demostración de la misericordia y la gracia de Dios. Él se acerca a aquellos que sufren, ofreciendo restauración y paz.
En el Antiguo Testamento, leemos sobre Dios sanando a los enfermos y heridos. Sanó a las estériles, restauró la vista a los ciegos y limpió a los enfermos. Estos actos no eran solo milagros, sino señales de Su amor interminable y compromiso con Su pueblo. Su sanación era tanto física como espiritual, recordando a Su pueblo Su pacto y fidelidad.
El Nuevo Testamento nos trae al sanador supremo, Jesucristo, quien caminó entre la gente, realizando milagros y sanando a aquellos que tenían fe. Jesús sanó a los leprosos, dio vista a los ciegos e incluso resucitó a los muertos. Su sanación fue una expresión de Su naturaleza divina y un anticipo del reino de Dios. A través de Su sanación, Jesús mostró que con Dios, todas las cosas son posibles, y la fe es un poderoso conducto para la intervención divina.
Queridos amigos, la sanación divina no se limita a las dolencias físicas. Se extiende a las heridas emocionales y espirituales también. La Biblia nos enseña que Dios sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas. En tiempos de angustia, podemos acudir a Dios en oración, confiando en que Él nos escucha y es capaz de sanarnos de maneras más allá de nuestra comprensión.
Como creyentes, se nos anima a tener fe y a orar por sanación, sabiendo que Dios está dispuesto y es capaz de sanar de acuerdo con Su voluntad. No se trata solo de buscar milagros, sino de confiar en el plan perfecto de Dios para nuestras vidas. A veces, la sanación puede llegar de maneras inesperadas o en momentos inesperados, pero podemos estar seguros de que Dios está con nosotros, guiándonos y consolándonos en cada prueba.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre la sanación divina.
Versículos bíblicos sobre la sanidad divina

«¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor»
— Santiago 5:14
«Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, llevó nuestras dolencias»
— Mateo 8:17

«Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; por cuya herida fuisteis sanados»
— 1 Pedro 2:24

«Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, por su llaga fuimos nosotros curados»
— Isaías 53:5

«Sáname, oh Jehová, seré sano; sálvame, seré salvo; porque tú eres mi alabanza»
— Jeremías 17:14

«Dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, hicieres lo recto delante de sus ojos, dieres oído a sus mandamientos, guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador»
— Éxodo 15:26
«Bendice, alma mía, a Jehováno olvides ninguno de sus beneficiosÉl es quien perdona todas tus iniquidadesEl que sana todas tus dolenciasEl que rescata del hoyo tu vidaEl que te corona de favores misericordias»
— Salmos 103:2-4

«Recorría Jesús todas las ciudades aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino, sanando toda enfermedad toda dolencia en el pueblo»
— Mateo 9:35

«Toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él sanaba a todos»
— Lucas 6:19
«Él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, queda sana de tu azote»
— Marcos 5:34

«Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo con poder a Jesús de Nazaret, cómo este anduvo haciendo bienes sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él»
— Hechos 10:38
«Hijo mío, está atento a mis palabrasInclina tu oído a mis razonesNo se aparten de tus ojosGuárdalas en medio de tu corazónPorque son vida a los que las hallanY medicina a todo su cuerpo»
— Proverbios 4:20-22

«Él sana a los quebrantados de corazónY venda sus heridas»
— Salmos 147:3

«Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, que tengas salud, así como prospera tu alma»
— 3 Juan 1:2

«Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, en sus alas traerá salvación; saldréis, saltaréis como becerros de la manada»
— Malaquías 4:2

«Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, para sanar toda enfermedad toda dolencia»
— Mateo 10:1

«Cuando la gente lo supo, le siguió; él les recibió, les hablaba del reino de Dios, sanaba a los que necesitaban ser curados»
— Lucas 9:11
«Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, sanarán»
— Marcos 16:17-18

«Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré»
— Juan 14:13-14

«Jehová Dios míoA ti clamé, me sanaste»
— Salmos 30:2

«Entonces nacerá tu luz como el alba, tu salvación se dejará ver pronto; irá tu justicia delante de ti, la gloria de Jehová será tu retaguardia»
— Isaías 58:8

«Quitará Jehová de ti toda enfermedad; todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren»
— Deuteronomio 7:15

«Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolorMullirás toda su cama en su enfermedad»
— Salmos 41:3

«Oh Señor, por todas estas cosas los hombres vivirán, en todas ellas está la vida de mi espíritu; pues tú me restablecerás, harás que viva. He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados»
— Isaías 38:16-17

«He aquí que yo les traeré sanidad medicina; los curaré, les revelaré abundancia de paz de verdad»
— Jeremías 33:6

«Venid volvamos a Jehová; porque él arrebató, nos curará; hirió, nos vendará»
— Oseas 6:1

«Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, oraren, buscaren mi rostro, se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados, sanaré su tierra»
— 2 Crónicas 7:14
«Porque él es quien hace la llaga, él la vendaráÉl hiere, sus manos curan»
— Job 5:18
«Recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino, sanando toda enfermedad toda dolencia en el pueblo»
— Mateo 4:23
«Aconteció un día, que él estaba enseñando, estaban sentados los fariseos doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea Jerusalén; el poder del Señor estaba con él para sanar»
— Lucas 5:17

«Dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; todos los que le tocaban quedaban sanos»
— Marcos 6:56

«Saliendo Jesús, vio una gran multitud, tuvo compasión de ellos, sanó a los que de ellos estaban enfermos»
— Mateo 14:14

«Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, será salva»
— Lucas 8:50

«Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermoSáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen»
— Salmos 6:2
«Herirá Jehová a Egipto; herirá sanará, se convertirán a Jehová, les será clemente los sanará»
— Isaías 19:22
«Mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades señales prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús»
— Hechos 4:30
«Se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, otros muchos enfermos; los pusieron a los pies de Jesús, los sanó»
— Mateo 15:30
«Dicho esto, escupió en tierra, hizo lodo con la saliva, untó con el lodo los ojos del ciego, le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, se lavó, regresó viendo»
— Juan 9:6-7
«Cuando Jesús la vio, la llamó le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. puso las manos sobre ella; ella se enderezó luego, glorificaba a Dios»
— Lucas 13:12-13

«Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; le siguió mucha gente, sanaba a todos»
— Mateo 12:15

«Sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, echó fuera muchos demonios; no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían»
— Marcos 1:34

«Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba»
— Lucas 4:40
«Aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos atormentados de espíritus inmundos; todos eran sanados»
— Hechos 5:16
«A otro, fe por el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu»
— 1 Corintios 12:9
«Porque yo fortaleceré la casa de Judá, guardaré la casa de José, los haré volver; porque de ellos tendré piedad, serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy Jehová su Dios, los oiré»
— Zacarías 10:6
«Porque había sanado a muchos; de manera que por tocarle, cuantos tenían plagas caían sobre él»
— Marcos 3:10
«Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, a los pobres es anunciado el evangelio»
— Mateo 11:5

«Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, anda. al instante aquel hombre fue sanado, tomó su lecho, anduvo. era día de reposo aquel día»
— Juan 5:8-9
«He visto sus caminos; pero le sanaré, le pastorearé, le daré consuelo a él a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos al cercano, dijo Jehová; lo sanaré»
— Isaías 57:18-19
«Porque el corazón de este pueblo se ha engrosadoY con los oídos oyen pesadamenteY han cerrado sus ojosPara que no vean con los ojosY oigan con los oídosY con el corazón entiendanY se conviertanY yo los sane»
— Mateo 13:15
«En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades plagas, de espíritus malos, a muchos ciegos les dio la vista. respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, a los pobres es anunciado el evangelio»
— Lucas 7:21-22
«En gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, a los mudos hablar»
— Marcos 7:37

«Pero Jesús, volviéndose mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. la mujer fue salva desde aquella hora»
— Mateo 9:22
«Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. aconteció que mientras iban, fueron limpiados»
— Lucas 17:14
«Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, le hizo que mirase; fue restablecido, vio de lejos claramente a todos»
— Marcos 8:25
«Habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! el que había muerto salió, atadas las manos los pies con vendas, el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, dejadle ir»
— Juan 11:43-44
«Reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, este quedó sano desde aquella hora»
— Mateo 17:18
«Aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre de disentería; entró Pablo a verle, después de haber orado, le impuso las manos, le sanó. Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, eran sanados»
— Hechos 28:8-9

«Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible»
— Marcos 9:23

«Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, se fue»
— Juan 4:50
«Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado»
— Lucas 18:42
«Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, como creíste, te sea hecho. su criado fue sanado en aquella misma hora»
— Mateo 8:13

«Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. en seguida recobró la vista, seguía a Jesús en el camino»
— Marcos 10:52
«Hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, las enfermedades se iban de ellos, los espíritus malos salían»
— Hechos 19:11-12

«Vinieron a él en el templo ciegos cojos, los sanó»
— Mateo 21:14

«Él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz»
— Lucas 8:48
«A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa»
— Marcos 2:11-12
«Después le halló Jesús en el templo, le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor»
— Juan 5:14
«Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, vete a tu casa. Entonces él se levantó se fue a su casa»
— Mateo 9:6-7
«Entonces respondiendo Jesús, dijo: Basta ya; dejad. tocando su oreja, le sanó»
— Lucas 22:51

«Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, os vendrá»
— Marcos 11:24
«Le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos»
— Juan 6:2
«He aquí vino un leproso se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. al instante su lepra desapareció»
— Mateo 8:2-3
«Sanad a los enfermos que en ella haya, decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios»
— Lucas 10:9
«Al momento fueron abiertos sus oídos, se desató la ligadura de su lengua, hablaba bien»
— Marcos 7:35

«Respondió él dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, me dijo: Ve al Siloé, lávate; fui, me lavé, recibí la vista»
— Juan 9:11
«Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, en seguida recibieron la vista; le siguieron»
— Mateo 20:34
«Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate anda. tomándole por la mano derecha le levantó; al momento se le afirmaron los pies tobillos; saltando, se puso en pie anduvo; entró con ellos en el templo, andando, saltando, alabando a Dios»
— Hechos 3:6-8
«Mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. él lo hizo así, su mano fue restaurada»
— Lucas 6:10
«Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, le preguntó si veía algo. Él, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, le hizo que mirase; fue restablecido, vio de lejos claramente a todos»
— Marcos 8:23-25
«Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella»
— Juan 11:3-4
«Le siguieron grandes multitudes, los sanó allí»
— Mateo 19:2
«Saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio sanando por todas partes»
— Lucas 9:6
«Echaban fuera muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos, los sanaban»
— Marcos 6:13
«Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; creyó él con toda su casa»
— Juan 4:52-53

«Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego mudo; le sanó, de tal manera que el ciego mudo veía hablaba»
— Mateo 12:22
«Cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. él saltó, anduvo»
— Hechos 14:8-10
«Mas ellos callaron. él, tomándole, le sanó, le despidió»
— Lucas 14:4
«Entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre a la madre de la niña, a los que estaban con él, entró donde estaba la niña. tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. luego la niña se levantó andaba, pues tenía doce años. se espantaron grandemente»
— Marcos 5:39-42
«Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. su hija fue sanada desde aquella hora»
— Mateo 15:28
«Había allí un hombre que hacía treinta ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, anda. al instante aquel hombre fue sanado, tomó su lecho, anduvo. era día de reposo aquel día»
— Juan 5:5-9
«Los envió a predicar el reino de Dios, a sanar a los enfermos»
— Lucas 9:2
«Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, a los endemoniados; toda la ciudad se agolpó a la puerta. sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, echó fuera muchos demonios; no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían»
— Marcos 1:32-34
«Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; muchos paralíticos cojos eran sanados»
— Hechos 8:7

«Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia»
— Mateo 10:8
«Mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, sanó al muchacho, se lo devolvió a su padre»
— Lucas 9:42
«¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa»
— Marcos 2:9-12
«Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él»
— Juan 9:3
«Le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; todos los que lo tocaron, quedaron sanos»
— Mateo 14:36
«Halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico. le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, haz tu cama. en seguida se levantó»
— Hechos 9:33-34